Algunas ciudades (sobretodo las que tienen cierta tradición artística) gustan de decorar sus ventanales con magnificas esculturas.
Los motivos clásicos suelen ser los más habituales: héroes, filósofos, dioses y diosas, criaturas mitológicas, etc.
La verdad es que este tipo de “decoración” enriquece mucho el paisaje y alegra muchísimo la vista… y como ejemplo, un botón.
Cuidado con mirarlas mucho, ¡no sea que te de el famoso síndrome de Stendhal! :P